Libro Las Minas del Rey Salomón- Henry Rider Haggard- Tapa Dura
Bs.150.00
A finales del siglo XIX, las tierras de África, en su mayor parte aún inexploradas por los europeos, ofrecían un escenario ideal para situar aventuras lejanas y exóticas.Allí colocó H.R. Haggard a Allan Quatermain, el renombrado cazador de elefantes, enrolado en un viaje erizado de peligros y dificultades en busca de las portentosas minas del Rey Salomón, situadas en pleno corazón de África.”Las minas del Rey Salomón” (publicada por primera vez en 1885), se ha convertido en el epítome de novela de aventuras, y en la base que sustentaría otras novelas que tratan de antiguas civilizaciones, como “El mundo perdido” de Conan Doyle o “Tarzán de los monos” de Burruoughs. Sucesiones de peligros ocasionados por la naturaleza, las fieras y los salvajes, el descubrimiento de fabulosos secretos antiguos, viejas civilizaciones, búsqueda de tesoros perdidos… todos estos ingredientes están ya presentes en “Las minas de Rey Salomón”, y serán usados y revisitados por cientos de autores en las décadas posteriores.Henry Rider Haggard (1856-1925) fue el octavo hijo de una familia acomodada. A los 18 años, su padre lo envió a Sudáfrica, dónde un amigo de la familia había sido nombrado gobernador de la colonia de Natal. Haggard tuvo ocasión de recorrer las colonias sudafricanas y se empapó de las costumbres coloniales y las propias de los nativos; allí recabaría gran parte de la información que luego vertería en sus novelas. De vuelta a Inglaterra y ya casado, en 1885 publicaría “Las minas del Rey Salomón”, que se convirtió en un éxito inmediato. A partir de ese momento, el explorador Quatermain alcanzaría una popularidad semejante a la de Sherlock Holmes, y Haggard se dedicaría de pleno a la escritura a partir de ese momento. En esta edición, se presenta el texto completo de la novela, acompañado de más de 40 ilustraciones, y convenientemente anotado y comentado para profundizar en el fabuloso mundo de Haggard, dónde a menudo subyace esta pregunta: “¿acaso nuestra civilización materialista y obsesionada por el dinero no será en el fondo tan salvaje como esas tribus belicosas perdidas en el corazón de la naturaleza?
A finales del siglo XIX, las tierras de África, en su mayor parte aún inexploradas por los europeos, ofrecían un escenario ideal para situar aventuras lejanas y exóticas.Allí colocó H.R. Haggard a Allan Quatermain, el renombrado cazador de elefantes, enrolado en un viaje erizado de peligros y dificultades en busca de las portentosas minas del Rey Salomón, situadas en pleno corazón de África.”Las minas del Rey Salomón” (publicada por primera vez en 1885), se ha convertido en el epítome de novela de aventuras, y en la base que sustentaría otras novelas que tratan de antiguas civilizaciones, como “El mundo perdido” de Conan Doyle o “Tarzán de los monos” de Burruoughs. Sucesiones de peligros ocasionados por la naturaleza, las fieras y los salvajes, el descubrimiento de fabulosos secretos antiguos, viejas civilizaciones, búsqueda de tesoros perdidos… todos estos ingredientes están ya presentes en “Las minas de Rey Salomón”, y serán usados y revisitados por cientos de autores en las décadas posteriores.Henry Rider Haggard (1856-1925) fue el octavo hijo de una familia acomodada. A los 18 años, su padre lo envió a Sudáfrica, dónde un amigo de la familia había sido nombrado gobernador de la colonia de Natal. Haggard tuvo ocasión de recorrer las colonias sudafricanas y se empapó de las costumbres coloniales y las propias de los nativos; allí recabaría gran parte de la información que luego vertería en sus novelas. De vuelta a Inglaterra y ya casado, en 1885 publicaría “Las minas del Rey Salomón”, que se convirtió en un éxito inmediato. A partir de ese momento, el explorador Quatermain alcanzaría una popularidad semejante a la de Sherlock Holmes, y Haggard se dedicaría de pleno a la escritura a partir de ese momento. En esta edición, se presenta el texto completo de la novela, acompañado de más de 40 ilustraciones, y convenientemente anotado y comentado para profundizar en el fabuloso mundo de Haggard, dónde a menudo subyace esta pregunta: “¿acaso nuestra civilización materialista y obsesionada por el dinero no será en el fondo tan salvaje como esas tribus belicosas perdidas en el corazón de la naturaleza?
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